Todos dicen que es sangriento (si te ve, date por muerto). Pero oculto en su ataúd sólo hay algo que es bien cierto: le cuesta trabajo dormir. Tal vez los remordimientos.
Tiene muy pocos amigos, todos creen que es un apático; si nunca nadie lo ve, es porque se esconde en el ático; y cuando por fin se decide, todos le gritan: ¡Lunático!
Alegre, Don Bagre salió hacia el parque para encontrarse con su compadre. En la fuente el merlo le confesó su pena: de ese día no pasaba, iba a ser la cena.
Criatura endémica que habita en los trozos de papel (tickets de compra, boletos de camión) que se encuentran a un lado de los teléfonos para tomar notas y recados a punta de bolígrafo.